Desde que allá por Febrero Red Hook Studios anunciase que estaba trabajando en una segunda parte de Darkest Dungeon, poco -por no decir nada- ha trascendido sobre el tan esperado juego más allá de las conclusiones extraídas de la entrevista de PC Gamer a sus creadores (puedes saber más sobre esta noticia pinchando aquí).
Así que, a la espera de conocer más detalles del juego, quizás sea buena idea ponerse la gorra de Profeta Grandilocuente y especular sobre su inspiración: ¿Qué trasfondo sirve como base para el nuevo lanzamiento?
Como comentamos en este blog hace algún tiempo, al parecer la exitosa mecánica de Darkest Dungeon se basó en el juego de rol Torchbearer (puedes saber más pinchando aquí). A un sistema de juego que prima la gestión de los recursos (comida, luz,...) se le aplicó el trasfondo Lovecraftiano de las desventuras de ancestros ociosos que la lían parda y ,resumiéndolo mucho, de ahí nació el éxito que ya conocemos.
De la segunda parte se sabe que se desarrollará más allá del Feudo de nuestro ancestro, que ajustará "significativamente" el modo de juego en términos de mecánica y presentación y que se enfocará a "una visión de apocalipsis sobrenatural que retuerce y distorsiona el mundo". Además, tras ver el breve video que sirvió como anuncio, parece que la acción se trasladará a un entorno montañoso y que dará cabida a parte -si no a todos- los venerados personajes que ya conocemos.
Si tratamos de aplicar una lógica similar al nuevo lanzamiento, podríamos aventurarnos a decir que el modo de juego, o incluso parte de la temática, se basaría en Stone Dragon Mountain, expansión del juego de rol Torchbearer que Burning Wheel, su creador, describe así:
En lo profundo de la helada montaña del Dragón de Piedra arde un fuego sobrenatural. Está avivado por generaciones de odio hacia los habitantes de la montaña, que tratan de olvidar su vergonzosa historia apaciguando a dioses iracundos. Antes de que la montaña estalle en violencia y fuego, algunos exploradores ambiciosos tendrán la oportunidad de escalar sus picos congelados, aprender sus secretos y saquear sus tesoros. ¿Serás ese valiente aventurero? ¿O te consumirá la montaña como lo ha hecho tantos otros antes?
Esto encajaría bastante bien con la mecánica de juego de la primera parte y, sin ser la misma, mantedría cierta coherencia. Pero ¿qué hay del trasfondo? Si la primera parte se basa en el universo de H.P. Lovecraft y parte de sus mitos de Cthulhu, bien podría mantener la nueva entrega una línea similar y ceñirse a otra de las narraciones del maestro del terror: En las Montañas de la Locura.
Según Wikipedia, "la novela detalla los eventos de una desastrosa expedición a la Antártida en septiembre de 1930, y lo que encontró un grupo de exploradores liderados por el geólogo y narrador de la historia el doctor William Dyer. Durante la historia Dyer detalla una serie de eventos ocultados anteriormente con el objetivo de disuadir a cualquier otro grupo de exploradores que busquen volver al continente". Si esta descripción te sabe a poco, bajo el riesgo de desvelar parte del argumento sigo: En las Montañas de la Locura narra el hallazgo de los restos de una ancestral civilización en la Antártida cuyas ruinas, ahora enterradas bajo el hielo, albergan terroríficas criaturas que han sobrevivido desde los albores del tiempo hasta nuestros días.
Así pues, y especulando a partir de lo poco que tenemos en las manos ¿podemos aventurarnos a decir que la próxima entrega seguirá alimentándose de la inspiración Lovecraftiana y del sistema de juego de Torchbearer? Esperemos que pronto tengamos alguna noticia entre manos que confirme o deesmienta lo anterior.
Mientras esperamos, invertir tiempo en la lectura de En las Montañas de la Locura parece totalmente adecuado. Puesto que la obra de H.P. Lovecraft pasó a dominio público en 2018, es totalmente legal acceder a su obra gratuitamente, por lo que os dejo un enlace (pincha aquí) a la web de Freeditorial, donde lo tenéis disponible en formato electrónico.
Para aquellos que lo prefieran en papel, recomendamos la edición de Alma en su colección de Clásicos Ilustrados, en tapa dura con el fantástico trabajo gráfico de Sebastián Cabrol y dos relatos adicionales: "Los Sueños En La Casa de la Bruja" y "La Casa Maldita".
Feliz espera.
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